Antes de que te vayas, hagamos una adivinanza.
Hay una cosa que sabes que te hace bien porque:
Lo has sentido en tu cuerpo.
En cuanto podés vas a ella.
Disfrutas de ver su belleza.
¿Qué es?
Bueno, ahora que lo pienso no es una muy buena adivinanza.
Y quizás te estés imaginando muchas cosas.
Mejor eso guardatelo para vos.
Volviendo a la adivinanza…
Mejor nos dejamos de adivinanzas y misterios.
Hoy quiero hablar de la Naturaleza.
Y quiero contarte por qué es importante en mi vida, y si no lo es en la tuya, debería de serlo.
Vayamos al grano.
Primero, tú eres un ser natural.
¿O acaso crees que todo tu cuerpo es una máquina?
¿O que tu nacimiento fue a raíz de mezclar polvos mágicos en un laboratorio?
Eres, soy y somos un ser vivo más.
Una especie más.
Sí, una más.
¿Acaso te creías especial?
Tenemos ojos, como muchas otras especies.
Necesitamos del sol y del agua, como otras.
Comemos y c*gamos, como otras tantas.
Sí, claro que tenemos diferencias.
Para empezar, no creo que un lagarto o un coral puedan estar leyendo esto.
Y si ese es el caso:
Hola Lagarto
Hola Coral
Pero si sos un humano como yo, bajemos a la Tierra.
Un golpe de realidad.
Somos una especie más.
Punto.
Segundo, como buenos seres naturales que somos, nuestro hábitat es lo natural.
¿Y qué es lo natural?
Pues si, esta adivinanza la tienes.
Venimos y pertenecemos a la Naturaleza.
¿O acaso crees que las selvas de cemento crecen de manera silvestre?
¿O que los coches descienden de los escarabajos?
Bueno, quizás el Mini sí.
En fin, que vivir en una ciudad y movernos en coche no es lo que nuestros antepasados hicieron.
Y a ver, sé lo que estás pensando.
No digo irnos a vivir debajo de un árbol.
No, no.
Pero pongamos las cosas en su sitio.
Y ojo, no soy un hater de las ciudades.
Tampoco un fan, y ahora mismo vivo en una ciudad.
Aunque mi objetivo es vivir fuera.
A lo que voy es que le demos a la naturaleza su importancia en nuestra vida.
Y si vives en una ciudad como yo, tendrás que hacer un “esfuerzo” por ir a contactar con la naturaleza.
Lo fácil es tirarte en el sofá a ver Netflix.
Lo fácil es ir al bar de la esquina a tomarte unas cañas.
Lo fácil es la “vida moderna”, que cada vez se distancia más de la naturaleza.
¿Qué cosas puedes hacer para contactar más con la naturaleza?
- Ve al parque que tengas cerca de tu casa.
Simplemente eso.
Si puedes, siéntate directamente en el pasto.
Y aún mejor, descálzate.
Toca la tierra con tus pies.
Esto es algo más antiguo que el fuego.
Aunque los modernos new age ahora le llamen grounding.
No los culpo, es mas cool decir grounding con tu grupo de hippie-chics, que decir me descalce en el parque.
Tú llámalo como quieras.
Pero hazlo.
- Sal fuera de tus cubículos aislados del mundo (ergo casa u oficina) y recibe la luz del sol en tu cuerpo.
Y no solo luz solar.
Sino también el aire. Aire fresco.
¿Acaso no te diste cuenta de que en tu casa el aire se estanca?
Todo cerrado, todo estático.
Abre las ventanas, ‘ijo.
- Si tienes la suerte de vivir en una ciudad costera, aprovéchalo.
Y no solo durante el verano.
Todo el año.
Bañarse en agua de mar es una bendición.
“Ya, es que hace frió…”
Si tus antepasados te oyeran…
De bañarse en agua fría hablaremos en otro momento.
Y si todavía no estás preparado para bañarte en agua fría, al menos pasea por la playa.
Contempla el mar.
Camina descalzo.
Así que, ahora sí, por favor vete de aquí.
Sal a la naturaleza.
Yo me voy a la playa.
Abrazos.